El buen tiempo que nos ha acompañado durante toda la ruta, parecía que nos abandonaba en el último momento. Negros nubarrones se cernían sobre nuestros bombos y tambores, aguando la exhibición que con tanto mimo habíamos preparado en los escasos ratos libres que la Ciencia nos dejaba.
Pero como siempre, tras la tormenta llega la calma, y los toques turolenses y albaceños se dejaron oir por las calles de Agramón.
Grupo de tambores de Agramón, entre ellos, César el técnico medioambiental
que nos guiado por la "Ruta Geológica".
Tambores y bombos (bajo los paraguas) de Andorra y Alcorisa.
Aunque nuestra Semana Santa quede lejos en el tiempo y en el espacio, la emoción que hemos sentido ha sido la misma.
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