9/10/10

Redoblando juntos.

El buen tiempo que nos ha acompañado durante toda la ruta, parecía que nos abandonaba en el último momento.  Negros nubarrones se cernían sobre nuestros bombos y tambores, aguando la exhibición que con tanto mimo habíamos preparado en los escasos ratos libres que la Ciencia nos dejaba.


Pero como siempre, tras la tormenta llega la calma, y los toques turolenses y albaceños se dejaron oir por las calles de Agramón.

 Grupo de tambores de Agramón, entre ellos, César el técnico medioambiental 
que nos guiado por la "Ruta Geológica".

Tambores y bombos (bajo los paraguas) de Andorra y Alcorisa.

Aunque nuestra Semana Santa quede lejos en el tiempo y en el espacio, la emoción que hemos sentido ha sido la misma.


Entre piedras y pinturas históricas

Hoy por la mañana, hemos visitado las pinturas rupestres de Minateda del Neolítico (arte levantino) que son patrimonio de la humanidad desde 1998.


Ascensión al "Abrigo grande".

Nos ha llamado la atención que anteriormente, cerca de allí pasaba un caudal de agua que actualmente esta seco. El paisaje también se componía de una sabana en la que había un gran número de diferentes especies y la flora era muy frondosa.
Nos han explicado que allí subían al abrigo única y exclusivamente para pintar, no habitaban allí.



Terry, el guia de la "Ruta Pretérito", nos ha enseñado a interpretar los dibujos que allí se encontraban. Las pinturas que más nos han sorprendido han sido los arqueros (con las rodillas flexionadas), y las mujeres acompañadas de niños (ver imagen).


Tras finalizar la visita al abrigo, nos hemos dirigido al parque arqueológico del Tolmo de Minateda. Allí, en primer lugar hemos visto que había tres murallas distintas que han correspondido a diferentes culturas de la historia, estas han sido: íbera, romana y visigoda. Aunque el tolmo también lo han utilizado los mulsumanes que habitaron allí posteriormente. La muralla consistía en un sistema defensivo con tres funciones, defender, demostrar poderío y retener el agua. A continuación hemos visto la básilica visigoda, la más importante de la penísula Ibérica. Cerca de allí había numerosos enterramientos de gente adinerada que podia permitirselo.
Restos de la basílica visigoda.

Para finalizar hemos visto una muralla que servía para proteger a la gente cuando se habían apoderado de la fortaleza y allí podían aguantar quince días mientras esperaban a los refuerzos ya que tenían almacenes de comida y de agua.
Esta visita nos ha gustado bastante, ya que hemos podido conocer más cosas sobre el pasado y sobre la gente de esa época.

Tres de las autoras junto a los sillares de la muralla romana.

Gladys, Nora, María y Sara. Agradecemos la colaboración especial del compañero pucelano Javier.